Se llama Alla Levushkina, es una mujer rusa de 90 años que forma parte del equipo médico de un hospital de Ryazan, una ciudad rusa ubicada cerca de Moscú. Su especialidad es la cirugía proctológica, algo a lo que se dedica desde hace 67 años. Ha practicado más de 10.000 intervenciones quirúrgicas y aún hoy realiza 4 operaciones diarias.
Esta es una historia de puro Girl Power, que nos enseña superación, constancia y mucha energía. En plena II Guerra Mundial, sacó adelante su carrera mientras buscaba junto a sus compañeros de clases algo para comer. Trabajó durante 30 años en los servicios médicos aéreos, donde trataba a pacientes que vivían en las afueras del país. Hoy, a sus 90 años aún acude al hospital a las 8 de la mañana, atiende a sus pacientes en la consulta y a las 11 entra en los quirófanos.
“Ser doctora no es una profesión, es un estilo de vida. Si dejas de trabajar, ¿quién se va a encargar de las cirugías”, comenta Ana.
Sus manos son en apariencia acordes a su edad pero funcionan a la perfección, sin un atisbo de temblor que dificulte su trabajo. Hecho una pacienta, Irina, relata “Al principio no me fié demasiado porque era demasiado mayor, pero cuando me palpó con sus dedos, todas mis sudas se despejaron”. La energía que desprende en la sala de operaciones sorprende hasta a sus propios compañeros de profesión.
Pero esto no es todo, el corazón de esta doctora es tan grande que cuando no está en el hospital, cuida a un sobrino, que padece una discapacidad, y en el tiempo libre que tiene, lee. Está convencida de que su trabajo “no es una profesión, es una forma de vida”.
Fuente: Onda Cero