La empatía es una de las cualidades más valiosas que podemos desarrollar en nuestras relaciones personales y profesionales. Es esa habilidad de conectar profundamente con el otro, de comprender sus emociones y de ponerse en su lugar, lo que en última instancia fortalece los lazos sociales y mejora nuestra convivencia.
La empatía es la capacidad para entender las necesidades, los sentimientos y los problemas de otra persona poniéndonos en su lugar.
¿Sabían ustedes que la empatía es una destreza básica de la comunicación que permite un entendimiento sólido entre las personas?
¿Por qué es importante la empatía?
La empatía nos permite comprender el estado de ánimo de otras personas y tener un comportamiento más solidario, lo cual genera relaciones sociales más cordiales y una mayor aceptación con el resto de nuestra comunidad.
Se podría decir que una persona empática es sensible y logra conectar con los demás porque entiende sus sentimientos. A una persona empática le gusta escuchar, es respetuosa y tolerante, y comprende la comunicación no verbal (gestos, miradas y tonos de voz).
Por otro lado, las personas poco empáticas tienen dificultades para conectar con los sentimientos de los demás, centrándose en sus propios sentimientos y deseos. Se muestran indiferentes o insensibles ante situaciones emocionales de los otros, lo cual lleva a que puedan ser percibidas como egoístas y egocéntricas.
La empatía como motor de progreso social
Es importante mencionar que la empatía es esencial en una sociedad que desea progresar. Una sociedad sin empatía es una sociedad que no avanza, y por eso es importante que en los colegios, universidades y centros de estudio se formen personas sensibles ante los problemas de los demás.
Aquí quiero mencionar un estudio realizado por la Universidad Estatal de Michigan, Estados Unidos, que destaca los 10 países más empáticos del mundo, ocupando Ecuador el primer lugar, seguido por Arabia Saudita en segundo lugar y en tercer lugar Perú.
¿Cómo desarrollar la empatía?
No todas las personas poseemos esa habilidad, porque no todos hemos tenido referentes en la familia o en el colegio que nos hayan enseñado a utilizar y vivir la empatía. Sin embargo, todos podemos aprenderla escuchando con la mente abierta y sin prejuicios, prestando atención y mostrando interés por lo que la otra persona siente. Además, esta capacidad puede ser reforzada a través de nuestra familia, nuestra cultura y nuestras decisiones, ya que, como adultos, ser empático se convierte incluso en una decisión.
Es evidente que todos tenemos nuestros propios problemas o situaciones difíciles por las que atravesamos, y nos enfocamos tanto en ellos que muchas veces nos cuesta entender por lo que otras personas puedan estar pasando. Sin embargo, desde mi punto de vista, no es tan difícil hacer sentir bien a una persona que puede estar triste o afligida, es decir, pasándolo mal. Con un gesto y unas palabras amables, y sobre todo, entendiendo y siendo sensibles a esa situación, podemos lograr que esa persona sonría de nuevo, levantar su autoestima y que considere la situación desde una perspectiva mucho más optimista.
Seamos empáticos y solidarios, aunque no recibamos esa empatía o solidaridad de vuelta.
Para terminar, quiero citar una frase del libro El Talmud que dice: “Antes de juzgar a tu prójimo, ponte a andar dos kilómetros en sus zapatos.”
Notas Finales
El objetivo de este artículo es resaltar la importancia de la empatía como una habilidad fundamental en nuestras relaciones interpersonales, tanto a nivel personal como profesional. La empatía no solo permite entender las emociones y necesidades de los demás, sino que también es clave para fortalecer la convivencia social y mejorar la comunicación.
Entre los conceptos clave se destacan:
- Definición de empatía: La capacidad de ponerse en el lugar del otro, entender sus emociones y actuar en consecuencia.
- Importancia de la empatía: Facilita relaciones más cordiales, una mejor comunicación y contribuye al progreso social.
- Empatía y sociedad: Sociedades más empáticas tienen mayor potencial de desarrollo y armonía.
- Cómo desarrollar la empatía: Aunque no todos la posean naturalmente, se puede cultivar a través de la escucha activa, la sensibilidad y la práctica consciente.